Envidia simplemente

Los venenos externos no hacen efecto cuando la sinceridad llega antes entre dos, quizá el Amor se termine pero el cariño hace fuerte hasta el adiós dejando a las piedras sin fuerza.

La envidia no mueve ni montañas ni crea diluvios, la envidia simplemente hunde a su diseñador, no llegará a ningún horizonte ni avanzará fuera de las huellas del perseguidor.

Mientras la gente continúa por su propio camino el hablador se morderá la lengua falleciendo a lo largo de su vida de susurros y observaciones novelescas.

Tristeza reprimida

Lágrimas comprimidas entre el regazo de las pestañas,
alertas dormidas e incendios durmientes,
todas las guerras perdidas y el viento desenvuelto,
los cristales del diluvio congelados,
un suspiro moribundo en mi habitación,
la nada cosechando sin retorno,
el canto del verso abrigador,
todas los diluvios atiborrados en mi corazón.

Estoy triste

La distancia y el silencio se hacen amigos,
el tiempo y el silencio son primos,
camaradas la desesperanza y la agonía en los días,
no se con que dibujar ni que colores usar,
me tirito en lo que creí aprender,
voy sin rumbo ni motivos,
un fantasma que esta vivo y al final solamente sobrevive.

A media tarde las olas

Los ojos también conversan, la mirada puede sostener intensas razones que la razón que conocemos intenta batallar, igual crecen los recursos inmortales, las casualidades verticales y el aliado en las sonrisas sinceras.

Mientras el tiempo sopla, las olas destejen la arena retocando así los relatos de vidas, aquellas curiosidades que se festejan y siempre el reojo de que no miras pero miras.

Golpe o recompensa, tributo a la conciencia o delirante acontecer de escapistas de la rutina. Complejas ideas diluidas entre palabras, evento como ninguno que embriaga en momento agradable, una especie de fogata a media tarde, meditando y conociendo lo descubierto de otros antes que uno mismo.