Parecía que el estómago me susurraba lo mimara y pues como tenía unas hamburguesas en la refri me dispuse a hacerla de cocinero. No soy nada bueno con las justas hago huevos y hiervo agua.
Pues nada, al final la freída la hace la cantidad de aceite, dos hamburguesas para mí y otras dos para ella. Claro que la tuve que despertar y aunque la llamé por su nombre despacio como siempre despertó asustada.
Bueno ya llenos ella a seguir con su sueño de resaca (por el trabajo claro), y yo aquí a contarles otra brevedad de mi lineal vida.
sábado, 23 de enero de 2010
Barriga llena corazón contento
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